Zygmunt
Bauman es un sociólogo ganador ni más ni menos del Príncipe de Asturias
. En
su teoría del amor líquido sostiene que las relaciones interpersonales,
incluidas las relaciones de pareja, son cada vez más inestables. Según Bauman
buscamos relaciones fugaces y huimos
de lo permanente, de lo que es para toda la vida. Si trasladamos estas ideas a
la teoría
triangular de Sternber
podríamos decir que el componente de compromiso es el más difícil de alcanzar en nuestra
sociedad
. Y esto nos lleva a relaciones distantes y superficiales. En
definitiva, huimos del compromiso, de las relaciones que duran.

En el prólogo de su libro “El
amor líquido”
nos habla de los habitantes de Leonia que buscan disfrutar de
cosas nuevas y diferentes cada día. Estos habitantes creados por Italo Calvino “estrenan
ropa nueva, extraen de su refrigerador último modelo latas sin abrir,
escuchando los últimos singles que suenan desde una radio de última
generación”. Pero cada mañana “los restos de la Leonia de ayer esperan el
camión del basurero” La pregunta de Bauman es sino impedimos que nuestras
relaciones se cristalicen y cuajen, se solidifiquen, si vivimos con unas relaciones de usar y tirar.


Según Bauman tendemos al
individualismo donde las relaciones sólidas son un peligro que nos quita autonomía personal. Las personas se
convierten en mercancías que solo son un útiles para nuestro consumo, para
nuestro interés pasajero. Buscar el
goce del momento nos lleva al descompromiso y a la ruptura. Y es que vivimos en
un mundo según Bauman donde nos enseñan que el compromiso nos cierra otras posibilidades amorosas que podrían ser
más satisfactorias y gratificantes
.
Está claro que esta teoría presenta un enfoque negativo del mundo actual. Yo me niego a pensar que la mayoría de las relaciones de pareja son relaciones superficiales solamente marcadas por el interés del momento, conozco muchas personas enamoradas y comprometidas con su relación. Las relaciones tienen que estar basadas en el amor feliz, nos tienen que producir bienestar, pero no necesariamente las relaciones tienen que estar basadas en la alegría del momento y la satisfacción pasajera, en el amor líquido. ¿Será verdad lo que describe la teoría del amor líquido? ¿Vivimos relaciones de usar y tirar? ¿Cada vez soportamos menos el compromiso?