Ayer en mi ciudad, una mujer fue asesinada, en un caso claro de violencia machista cuyos detalles estremecen. Todo mi apoyo a los amigos y familiares de la víctima. Que nadie diga que fue obra de un loco. Que nadie diga que cómo están las cabezas. Que nadie se pregunte por qué como si no se supieran las causas. Este asesinato, como todos los crímenes machistas, no son obras de locos. Son obra de hombres machistas, violentos, posesivos y sin piedad. Son la consecuencia de una sociedad que aun no comprende que en el amor no cabe nada de eso y que no se puede permitir ni un minuto más ninguna actitud machista más.

Hace falta que los hombres escuchemos a las mujeres y las acompañemos en esta revolución feminista. Hacen falta más medios para evitar estos asesinatos y proteger a las víctimas de violencia de género. Hace falta educar a niños, jóvenes y mayores en la igualdad, en el respeto, en la no violencia.