Es algo que la psicología hace mucho que descubrió. Los estímulos novedosos atraen más nuestra atención que aquellos que tenemos presentes de forma más habitual. No hay nada que hacer, nos acostumbramos a lo bueno, incluso más que a lo malo. Y sexualmente, por supuesto, también, nuestro deseo se ve afectado por la pérdida de interés que supone lo que ya conocemos, de aquello a lo que nos hemos acostumbrado. Desde la novedad y el deseo nos iremos acercando a…