Mitos en el amor: quien no tiene celos no ama
Shakespeare nos lo advertía a través de Yago en Otelo. El Alférez le advertía al protagonista de la novela del escritor inglés lo peligrosos que eran los celos: «¡Oh, mi señor, cuidado con los celos! Es el monstruo de ojos verdes, que se divierte con la vianda que le nutre. Vive feliz el cornudo que, cierto de su destino, detesta a su ofensor; pero, ¡oh, qué condenados minutos cuenta el que idolatra y, no obstante, duda; quien sospeche y, sin embargo,…