No te olvides de respirar.
Es imposible separar nuestro cuerpo de nuestra mente, nuestras emociones de nuestras funciones fisiológicas, nuestros pensamientos de nuestro comportamiento. A veces parece que las dimensiones que forman todo lo que somos vayan por separado pero no es cierto. El estrés y la ansiedad por ejemplo nos hacen tensar nuestros músculos, sudar, que nuestro corazón lata más deprisa, sensaciones subjetivas como la sensación de ahogo, huir, temblar, sentir miedo. Ante lo que pensamos o lo que sentimos nuestro cuerpo responde igual…