Foto: algunos derechos reservados por Phillie Casablanca en Flickr
El pasado martes publicaba un
artículo sobre el amor sin compromiso y pasajero y lo hacía hablando sobre la teoría del amor líquido de Zygmunt Bauman. Lo
cierto es que ha sido un artículo que ha interesado mucho y me ha suscitado
alguna que otra conversación online con algunos seguidores del blog. Y por eso
hoy vuelvo a escribir sobre el tema, pero hoy lo hago comentando un
interesantísimo artículo de Pere Estupinya
en su blog Apuntes científicos desde el MIT.

En el artículo “Porqué lo llaman sexo cuando quieren decir amor” Estupinya nos habla del “hook-up
culture” (sexo casual sin compromiso)
a través de una entrevista a Justin García del Kinsey Institute y de numerosos
estudios relacionados con el tema en cuestión. De todos los datos me voy a
quedar un par de ellos. En un estudio la mayoría de las mujeres y casi la mitad
de los hombres confesaban que en su último rollo esporádico de una noche en
realidad estaban esperando que ese encuentro pudiera llevar a una relación más
estable. Y en otro estudio con estudiantes universitarios el 63% de chicos y
83% de chicas declararon que en ese momento preferían una relación romántica
tradicional a una sexual sin compromiso.
Vivimos en un mundo
hiperinformado, bombardeados desde pequeños con ideas, valores e historias contradictorias. Pasamos de cuentos que
nos hablan de princesas y príncipes y amores románticos a series de
adolescentes marcadas por el sexo sin compromiso. Las comedias románticas con amores que siempre triunfan y las comedias locas de sexo, alcohol y desenfreno comparten la cartelera de nuestros
cines y ya no sabemos qué película nos apetece hoy. No se trata de decidir que es mejor, si el sexo sin compromiso, las
relaciones pasajeras o las relaciones de pareja estables y comprometidas. Somos
personas diferentes y atravesamos 
diferentes etapas en nuestra vida y nuestras preferencias, lo que
queremos puede ser distinto en un momento o en otro.

¿Queremos relaciones estables y felices pero sólo tenemos relaciones
superficiales e insatisfactorias? ¿Queremos relaciones superficiales y esporádicas
pero sólo tenemos relaciones estables e infelices? Lo importante es saber lo
que uno quiere
, lo que nos gusta, lo que deseamos y lo que más nos interesa.
Muchas veces no es lo mismo lo que nos puede apetecer que lo que realmente
queremos o lo que nos puede hacer más felices. Las distorsiones cognitivas (cuando nuestras ideas, creencias y
emociones entran en contradicción) suelen ser fuentes de sufrimiento cuando no sabemos
regularlas y manejarlas. Querer y pensar una cosa y hacer lo contrario no suele
ser un buen camino hacia la felicidad.