A lo largo y ancho de España (aunque sea una tradición que
por desgracia va en declive), todas las noches de difuntos, el 1 de noviembre, se
sigue representando el Don Juan Tenorio
de José Zorrilla. El libertino sin corazón, el burlador que hace gala de
deshonrar a las mujeres, seduciéndolas y engañándolas ha sido un personaje que ha
seducido a muchísimos grandes escritores. De él han escrito, entre otros, Tirso
de Molina, Molière, Lord Byron o Torrente Ballester. Todos hablan de un hombre
que juega al amor, a la conquista.
por desgracia va en declive), todas las noches de difuntos, el 1 de noviembre, se
sigue representando el Don Juan Tenorio
de José Zorrilla. El libertino sin corazón, el burlador que hace gala de
deshonrar a las mujeres, seduciéndolas y engañándolas ha sido un personaje que ha
seducido a muchísimos grandes escritores. De él han escrito, entre otros, Tirso
de Molina, Molière, Lord Byron o Torrente Ballester. Todos hablan de un hombre
que juega al amor, a la conquista.
La obra de Zorrilla comienza con Don Juan y Don Luis Mejía y
una apuesta donde los trofeos son las mujeres embaucadas y los hombres deshonrados,
en la cual se trataba «quién de ambos
sabía obrar peor, con mejor fortuna, en el término de un año» y «quien de los dos se batía en más duelos y
quien seducía a mas doncellas».
una apuesta donde los trofeos son las mujeres embaucadas y los hombres deshonrados,
en la cual se trataba «quién de ambos
sabía obrar peor, con mejor fortuna, en el término de un año» y «quien de los dos se batía en más duelos y
quien seducía a mas doncellas».
Al Don Juan no le importa como sea la persona a conquistar
mientras pueda alardear de su éxito. Cambia el
amor de una por otra y de esa otra por otra, siempre engañando, siempre
enamorando. Quizás va de una conquista a otra para evitar lo que no quiere,
enamorarse, da igual, no deja entrever sus emociones. El pecado de Don Juan no es
jugar, es mentir. Don Juan vende amor cuando no tiene nada que ofrecer más allá
del embuste y el engaño.
mientras pueda alardear de su éxito. Cambia el
amor de una por otra y de esa otra por otra, siempre engañando, siempre
enamorando. Quizás va de una conquista a otra para evitar lo que no quiere,
enamorarse, da igual, no deja entrever sus emociones. El pecado de Don Juan no es
jugar, es mentir. Don Juan vende amor cuando no tiene nada que ofrecer más allá
del embuste y el engaño.
Don Juan es una persona tóxica, y estar cerca de él solo
puede provocar sufrimiento. No vale creer que su amor, en esta ocasión, es
sincero o planear cambiarlo y llevarlo al mundo de los sentimientos verdaderos.
Hoy siguen existiendo don juanes, hombres y mujeres que engañan y solo busca
conquistar. Son personas enganchadas al enamoramiento del otro, a sentir que
controlan, que ganan, que tienen el poder de jugar con el amor de los demás. ¿Has sido victima alguna vez de un Don Juan?
puede provocar sufrimiento. No vale creer que su amor, en esta ocasión, es
sincero o planear cambiarlo y llevarlo al mundo de los sentimientos verdaderos.
Hoy siguen existiendo don juanes, hombres y mujeres que engañan y solo busca
conquistar. Son personas enganchadas al enamoramiento del otro, a sentir que
controlan, que ganan, que tienen el poder de jugar con el amor de los demás. ¿Has sido victima alguna vez de un Don Juan?
¿Don Juan moderno o loco enamorado? Esa es la cuestión en stockholm