Sabía yo que esto me iba a pasar, lo que no pensaba era que
iba a ser tan pronto. Una sección semanal, para comentar las noticias que salen
en los medios de comunicación, te expone a tener que hablar de cosas que no
llevas en la agenda para ese momento o como es el caso criticar una noticia con
la que no estás de acuerdo. Y esto último es lo que me ha pasado, ¿y qué
necesidad tengo yo de andar por ahí criticando? Espero que sea una crítica
constructiva y forme parte de la forma de progresar de la ciencia, que necesita
críticas y revisiones.
Esta semana varios medios de comunicación españoles se
hacían eco de un estudio realizado en la Universidad Carlos III: “España sealeja de las primeras posiciones del ranking de felicidad”. En resumen la
investigación presentada por el profesor universitario y economista Juan de
Dios Tena venía a decir que para saber cómo de feliz es la gente necesitas
fijarte más en lo que hace que lo que dice, así que había estudiado los flujos
migratorios, a dónde se va la gente a vivir y donde la gente deja de vivir. Que
conste que no he podido acceder al estudio, que fue presentado en el “XIVConference on International Economics”, y por lo tanto mi opinión se basa en
una nota de prensa aportada por los propios autores y puede estar equivocada.

Son muchos los índices que se han utilizado y se utilizan
para medir el bienestar de una sociedad (desde el Índice de Progreso Genuino al
Índice de Felicidad del planeta). El problema, tal y como explica el profesor
Carmelo Vázquez, reside en que el bienestar económico, social o ambiental
influyen pero no son lo mismo que el bienestar personal donde el componente de
lo subjetivo es fundamental. Destaquemos por ejemplo como países como Colombia,
Costa Rica o Guinea tienen un PIB bajo y sin embargo tienen los mismos niveles
de bienestar subjetivo que otros países con un PIB muy alto, como Dinamarca,
Suiza o Suecia. Y es que calidad de vida o nivel económico no es igual a
felicidad.
Algún día tocará hablar en este blog hablar de la felicidad de los
países (incluida España) de forma más extensa. Hoy como conclusión diré que aún
queda mucho por investigar en este tema, pero todo parece indicar que la medida
del bienestar de las naciones siempre estará basada en múltiples variables y
que la felicidad es mucho más que el bienestar económico  o social. Nuestra país está inmerso en una crisis, recortes y problemas, estamos emigrando, pero…

¿Ya no somos felices?
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