
perdonado a los asesinos de su marido. Jesús María Pedrosa fue ejecutado
con un tiro en la nuca en el año 2000 por un miembro de ETA y su mujer decidió
perdonar sin que le pidieran perdón. Además ella ha sido capaz de participar en
un programa de encuentros entre víctimas y terroristas, y hablar
con un asesino militante de ETA que mató a tres personas, escuchar su
historia y contarle la suya. Una de las cosas más importantes que dice es que
lo ha hecho para liberarse, para sentirme mejor.
persona. Perdonar nos aleja de la ira y el rencor, pero no solo eso. Los
estudios nos dicen que las personas que perdonan son más felices, sanas,
agradables y serenas. Así que no se
trata de perdonar por los demás, por las personas a las que perdonamos, se
trata de perdonar para sentirnos mejor.
que es importante no confundir el perdonar con otras cosas:
- El perdón no es reconciliación
(volver a tener las mismas relaciones con la persona que vamos a perdonar) - El perdón no es lo mismo que un
indulto (que es un proceso judicial) - El perdón no es condonar, negar o
minimizar el daño - Y el perdón no es olvidar, el
recuerdo del daño no tiene que desaparecer sino que se tiene que ver con cierta
distancia.
Para perdonar necesitamos comprender la ofensa, el daño que nos
haya hecho. Actuar de forma generosa con el otro porque sabemos y apreciamos la importancia del perdón. Para eso tendremos
que empatizar con el otro,
identificar y comprender los
pensamientos, experiencias o emociones que tiene la persona a la que queremos
perdonar. No se trata de compartir sus ideas o sus posiciones, se tratar de
comprender y aceptar la posición del otro. Todos hemos hecho daño a otras
personas, todos nos hemos equivocado en nuestra vida y muchas veces hemos
creído que llevábamos razón. En otras ocasiones hemos fallado a otra persona
sin darnos cuenta, simplemente no hemos hecho las cosas bien. Si podemos comprendernos en nuestros
errores también podemos comprender a
los demás en los suyos. Quizás, como dice Jacinto
Benavente, a perdonar sólo se aprende
en la vida cuando a nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen mucho.
cárcel donde únicamente damos vueltas al daño y a la persona que nos lo ha
hecho. ¿Merece la pena convertirnos en personas hurañas marcadas por un pasado
que nos hace sufrir?
Cuando experimentas el perdón no solo te liberas del rencor sino que dejas más
espacio en ti para las emociones positivas y además refuerzas tu autoestima, te
sientes doblemente bien, por lo que dejas y por lo que consigues.